domingo, 14 de diciembre de 2008

Verbalizar el decrecimiento

Saludar. Dar. Agradecer. Interactuar. Gesticular. Compartir. Interaccionar. Amar. Disfrutar. Reciclar. Aportar(se). Reducir. Significar. Amistar(se). Repensar. Celebrar. Reusar. Repartir. Concienciar(se). Revindicar. Investigar. Gozar. Redistribuir. Estudiar. Simplificar. Elaborar. Enseñar. Recibir. Renunciar. Aceptar. Extraer. Comprender. Diversificar. Sonreir. Departir. Matrimoniar. Reevaluar. Sentir. Vivir. Descubrir. Reaccionar. Entender. Tolerar. Saborear. Emprender...

En todas estas acciones y alguna otra que probablemente olvide en este instante, pienso cuando hablo de la noción de decrecimiento (y cuando elaboro una entrada en este blog temático). Un concepto tan moldeable, que acepta de buen grado la diversidad de opciones de vida distintas y siempre respetuosas con el resto de seres humanos y el medio en que habitamos. Un crisol de alternativas que no se imponen por la fuerza de un agente externo regulador (la mano invisible del mercado -capitalismo-, el estado -socialismo-), sino que poseen un significado identitario propio y se integran conjuntamente para constituir una red utópica, tupida y hermosa.

Este puñado de acciones, realizadas incoscientemente en nuestro día a dia, son las que hacen del mundo un lugar ameno, comprensible y habitable. Un entorno ajeno a la verdad del pensamiento único que nos tratan de imponer. Abstracto y no computable en términos de divisas. Una comunidad de la que sentirse parte. Un imaginario colorido, diverso y gozoso.

Tenemos tanto que decir, tanto que dar, que no hay ocasión de dejarlo pasar. Este es el lugar y ahora es el momento adecuado. Con cada pequeño gesto, aparentemente insignificante e imperceptible, aportamos nuestra singular contribución a la edificación de una sociedad justa, equitativa y humana. Sobretodo humana. Creada por y para los humanos sin menoscabar al resto de seres vivos. Para vivirla entre todos, aunque a algunos los abracemos o besemos frecuentemente y con otros, por divergencias, no podamos intercambiar mucho más que un saludo vespertino.

Agredeceré(mos) todo lo que tú estés dispuesto a aportar para la construcción del nuevo mundo. Ese donde todos tengamos un nicho, donde todas las voces sean escuchadas y consideradas y donde el más rico será el que más se haya msotrado dispuesto a compartir con sus iguales, aunque distintos. Gracias de antemano.

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